domingo, 22 de marzo de 2009

Alice Parte 1.

Anoche tuve una visión y a diferencia de las otras esta es la que menos me ha gustado, pero preferí ignorarla, ya que dudaba que fuera a cumplirse, es mas pensé que había sido una pesadilla; si le hubiese puesto atención no estaría en este lugar, ahora solo quiero ver que mis padres lleguen por esa puerta riéndose y diciéndome que todo ha sido una broma.

El día de hoy, mamá me levanto muy temprano y es extraño ya que me levantan a esas horas cuando vamos a visitar a la abuela o cuando tengo clase, pero ninguna de las dos podría ser ya que estábamos en verano y la abuela se quedaba esta vez con nosotros, admito que ella se porto un poco grosera conmigo, también la encontraba extrañamente distante ¿Por qué? No lo se, o bueno pienso que es por mis visiones, ella lo ve como algo anormal, loco y satánico. Últimamente ella se la pasa orando por mí y la e descubierto tratando de echar agua bendita a mi cuarto.

El fin, sin prestarle atención a lo raro que era todo eso, tome mis cosas y me dirigí al auto junto con mi hermana Cynthia, ella es hermosa, tiene unos ojos azules como el cielo, adornados con un cabello tan negro como la noche, igual al mío, solo tiene seis años y es una pequeña muy brillante, sin duda es mi vida; una vez cómoda en el auto ella se acurruco a mi lado y durmió durante todo el camino, nos demoramos alrededor de tres horas en carretera cuando llegamos a un lugar en medio del bosque, en la entrada de aquel lugar había un letrero grandísimo que decía “Hospital Psiquiátrico”.
Mi papa me pidió que bajara del auto y siguiera a uno de los médicos de aquel lugar, Cynthia me abrazo de una forma tan dulce, que me partió el alma ya que presentía que seria el ultimo, me despedí de mis padres y les asegure que volvería enseguida, pero algo en sus miradas me decía que no seria así, que esa seria la ultima vez que los vería, pero decidí ignorar ese estúpido sentimiento y me aleje, junto con el medico.

El doctor me hizo ponerme una bata y me guió a un cuarto de rayos x, donde me tomaron varias radiografías de mi cabeza, luego me pusieron muchos cables sobre esta y me dieron algunos electro choques, fueron pocos, pero fueron lo suficientemente intensos como para hacerme llorar; el medico anotaba sabrá dios que en una pequeña libreta, la cual dejo a un lado después de horas de ser examinada, me miro y me pidió que lo siguiera; el me guió a través de un largo pasillo lleno de puertas con una rendija en la parte inferior, el doctor se detuvo frente una marcada con el numero 318, la abrió y me pidió que siguiera. En el interior de esta, descubrí que era la habitación mas fría que conocía y la primera carente de ventanas, cada rincón acolchonado, no sabia que hacia allí hasta que el medico dijo que desde ese momento viviría en ese oscuro lugar.