lunes, 12 de enero de 2009

Mi pequeña princesa

¿Qué te ha pasado? ¿Por qué permitiste que esto sucediera?


Tu piel esta tan inhumanamente fría, pero aun así sigue luciendo hermosa. Tu cuello tiene pequeños tintes purpura, los cuales impiden apreciar verdadera la belleza de este, pero no fue un obstáculo para adornarlo con el collar de rubíes que te obsequio papá y haciendo juego con este tienes puesto tu vestido azul celeste de tirantes que tanto amabas.


Recuerdo la primera vez que te vi, llegaste a casa y acaparabas todas las miradas, mientras que yo fui exiliado de mi antigua vida de hijo único, en ese momento entendí que era el odio; intente deshacerme de ti por todos los medios, pero siempre mamá, papá o alguien me descubría y me castigaba sin tv o sin postre o sin mis preciados video juegos. Una vez superada esa etapa comencé a amarte como nunca nadie lo ha hecho; yo te protegía de todos aquellos fantasmas o monstruos que solo tú veías, hasta que descubrimos que eran sombras movidas por el viento o alguna penda sucia metida bajo tu cama.

El primer día que fuiste al colegio me confesaste que no lloraste como los demás niños, porque yo estaría a tu lado y siempre fue así, hasta que me gradué, los tres años que te faltaban para seguir mis pasos, fueron los mejores, pero aun así me hiciste mucha falta.

Acepto que cuando entre a la universidad me aleje un poco de ti, pero no lo suficiente para sacar corriendo a todo aquel que pretendía algo mas que una cogida de manos, siempre te enfadabas conmigo por eso, pero tiempo después me hallabas la razón y me perdonabas, recuerda hermanita que soy hombre y conozco casa una de las artimañas que usamos con ustedes las chicas.


La primera vez que lastimaron tu corazón quedo grabada en mi hombro y entre mis brazos, fuiste muy fuerte y con mi ayuda olvidaste a ese bastardo muy rápido, lo cual me alegro ya que no te merecía, pero algún día le cobrare cada lagrima que derramaste. Y no solo yo escuchaba tus experiencias, o aliviaba tu corazón, ya muchas veces, por no decir que siempre, estabas ay para escucharme y darme una mano cuando lo necesitaba. Y pensar que intente deshacerme de ti cuando tenías tan solo unos días de nacida, si lo hubiese logrado no seria ni la sombra del hombre que soy ahora. Un hombre exitoso, hasta podría decir que soy afortunado o bueno eso pensaba, hasta hoy. ¿Quién te hizo esto? ¿Por qué te han arrebatado la vida así no más? Te juro que lo descubriré y hare que aquella persona page caro por esto, ya que no merecías morir, no con todos los sueños que tenias. Me hare cargo de tus hijos y les hare saber que su madre fue una de las mejores mujeres que han tocado la tierra.



Te amo y espero que donde quieras que estés, tengas la certeza de que viviré por los dos y hare que todos tus proyectos sigan el camino que estaban tomando antes de ser asesinada y violada

sábado, 10 de enero de 2009

Una suave caricia

El reloj sonó como todas las mañanas anunciando que era hora de empezar con la monótona rutina diaria, una mano se asomo entre una montaña de cobijas lanzando el reloj lo mas lejos posible, para luego salir entre las cobijas y estirarse perezosamente.

Josh un chico de 19 años estudiante de teatro, como todas las mañanas se dirige a una de sus clases, sin imaginarse que después de ese día cambiaria su vida por completo, pero aun ajeno a esto saludaba a sus compañeros con un movimiento de cabeza

-bien hoy empezaremos con un ejercicio de improvisación… cinco minutos para calentar y al escenario- Dijo el maestro Bone al entrar al salón

Todos se acercaron al escenario una vez listos, el maestro los llamo a orden y los hizo formar parejas del mismo sexo.
Josh se junto con un chico con el que nunca había cruzado palabra alguna, pero que le causaba cierta curiosidad, la cual no sabía como interpretarla

-hoy vamos a hacer algo muy interesante, como saben deben estar preparados para cualquier tipo de personaje que les pongan, solo de ustedes depende que el ejercicio salga bien o mal – Todos miraban al maestro con impaciencia y curiosidad – bien… señores Josh, Andrew ustedes serán los primero, quiero que por medio de carisias demuestren lo importantes que son para el otro…

Andrew no estaba muy seguro de qué era lo que tenía qué hacer, así que simplemente miró a Josh como esperando que él hiciera el primer movimiento, éste pareció comprender lo que sucedía y, ni tardo ni perezoso, se acercó a Andrew y acarició su rostro con suavidad mientras le miraba a los ojos. En un comienzo, Andrew se sobresaltó, pero poco a poco se fue perdiendo en la mirada que Josh le dedicaba. Era la primera vez que notaba que éste tenía unos ojos muy hermosos. Josh se limitó a deslizar la misma mano con la cual acarició su rostro hacia su barbilla, levantándola un poco y acercándose a él lentamente. Andrew no pudo evitar sonrojarse ante esto, aún así dejó que el otro continuara con lo que hacía. Ya fuera consiente o inconscientemente, cerró los ojos cuando Josh se encontraba a escasos centímetros de su rostro, sin abrirlos siquiera, supo que él le iba a besar.

La suave caricia que propiciaban los labios de Josh sobre los suyos logró hacer que se estremeciera y, segundos después, el contacto se hizo más intenso. No fue un beso apasionado, sino más bien uno lento y casi dulce. Llevó sus manos hasta la nuca de Josh mientras que éste lo tomó por la cintura, atrayéndolo hasta su cuerpo posesivamente. Cuando se separaron - en el momento en el que el aire comenzó a faltar en sus pulmones -, Andrew se tomó unos segundos en abrir sus ojos. Cuando lo hizo, volvió a toparse con la mirada de Josh. El anterior sonrojo regresó. Y con los ojos del uno puestos sobre el otro descubrieron que algo nuevo en ellos se ensendia y harian hasta lo imposible por descubrirlo