sábado, 10 de enero de 2009

Una suave caricia

El reloj sonó como todas las mañanas anunciando que era hora de empezar con la monótona rutina diaria, una mano se asomo entre una montaña de cobijas lanzando el reloj lo mas lejos posible, para luego salir entre las cobijas y estirarse perezosamente.

Josh un chico de 19 años estudiante de teatro, como todas las mañanas se dirige a una de sus clases, sin imaginarse que después de ese día cambiaria su vida por completo, pero aun ajeno a esto saludaba a sus compañeros con un movimiento de cabeza

-bien hoy empezaremos con un ejercicio de improvisación… cinco minutos para calentar y al escenario- Dijo el maestro Bone al entrar al salón

Todos se acercaron al escenario una vez listos, el maestro los llamo a orden y los hizo formar parejas del mismo sexo.
Josh se junto con un chico con el que nunca había cruzado palabra alguna, pero que le causaba cierta curiosidad, la cual no sabía como interpretarla

-hoy vamos a hacer algo muy interesante, como saben deben estar preparados para cualquier tipo de personaje que les pongan, solo de ustedes depende que el ejercicio salga bien o mal – Todos miraban al maestro con impaciencia y curiosidad – bien… señores Josh, Andrew ustedes serán los primero, quiero que por medio de carisias demuestren lo importantes que son para el otro…

Andrew no estaba muy seguro de qué era lo que tenía qué hacer, así que simplemente miró a Josh como esperando que él hiciera el primer movimiento, éste pareció comprender lo que sucedía y, ni tardo ni perezoso, se acercó a Andrew y acarició su rostro con suavidad mientras le miraba a los ojos. En un comienzo, Andrew se sobresaltó, pero poco a poco se fue perdiendo en la mirada que Josh le dedicaba. Era la primera vez que notaba que éste tenía unos ojos muy hermosos. Josh se limitó a deslizar la misma mano con la cual acarició su rostro hacia su barbilla, levantándola un poco y acercándose a él lentamente. Andrew no pudo evitar sonrojarse ante esto, aún así dejó que el otro continuara con lo que hacía. Ya fuera consiente o inconscientemente, cerró los ojos cuando Josh se encontraba a escasos centímetros de su rostro, sin abrirlos siquiera, supo que él le iba a besar.

La suave caricia que propiciaban los labios de Josh sobre los suyos logró hacer que se estremeciera y, segundos después, el contacto se hizo más intenso. No fue un beso apasionado, sino más bien uno lento y casi dulce. Llevó sus manos hasta la nuca de Josh mientras que éste lo tomó por la cintura, atrayéndolo hasta su cuerpo posesivamente. Cuando se separaron - en el momento en el que el aire comenzó a faltar en sus pulmones -, Andrew se tomó unos segundos en abrir sus ojos. Cuando lo hizo, volvió a toparse con la mirada de Josh. El anterior sonrojo regresó. Y con los ojos del uno puestos sobre el otro descubrieron que algo nuevo en ellos se ensendia y harian hasta lo imposible por descubrirlo



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