lunes, 19 de octubre de 2009

Alice 5

Estaba desconcertada, desorientada y mas que eso sedienta, pero no era una sed que se apagaría con un sorbo de una refrescante bebida, no era sed de algo mas… Sed de sangre; me sentí asqueada ante aquella sensación.

El único recuerdo que tenia sobre mi, era mi nombre Alice, eso era lo único que tenia registrado en mi mente, el resto de mi pasado era completamente desconocido

-¿Dónde estoy?- El tono de mi voz me pareció extraño, era casi musical, pero no solo mi voz me era extraña, si no también mis movimientos eran extrañamente rápidos. Me dirigí a la salida de ese lugar, el cual supuse no era mi hogar. Me sentía extraña y peor que todo me sentía sucia, la ropa que llevaba me hacia ver como una pordiosera, mentalmente le pedí disculpas al cielo antes de entrar a una boutique y robar algo de ropa para algunos días.

Una vez conforme con mi aspecto me interne en el bosque dispuesta a hacer un largo viaje en busca de respuestas y más que nada en busca de mi rubio de ojos rojos, el cual invadió mi mente, por completo.

A cada paso que daba la sed de sangre aumentaba peligrosamente y mis sentidos salvajes comenzaban a tener control sobre mí, trate de controlarme hasta que me tope con un lince rojo, quien sacio mi sed. “Estupendo” –pensé- si cazaba animales no había necesidad de hacerle daño a nadie, un poco mas tranquila ante esta idea vague algunos días por el bosque, hasta que llegue a un extraño pueblo.

Una visión se apodero de mí por unos instantes, se trataba de una familia de personas como yo, las cuales tenían el estilo de vida que yo buscaba, además de mi ángel rubio, ellos también ocuparon la mayoría de mis visiones.

Zorros, coyotes, y otros animales fueron mi alimento en mi viaje hacia Filadelfia, conocí hermosos lugares donde intente trabajar como camarera por algunas semanas, para sustentar algunas cosas como vestuario y hospedaje, bueno lo ultimo lo hacia para no llamar la atención, aunque estaba sola en esos momentos, me sentía feliz, esperanzada y emocionada, me encantaba todo lo que me estaba ocurriendo y esperaba que mejorara a medida que el tiempo pasaba


Un mes mas tarde llegue a Filadelfia, donde me hospede mientras llegaba el día de mi encuentro con aquel extraño rubio, sin saber por que comencé a sentirme emocionada, nuevos sentimientos se fueron apoderando de mi, todos ellos eran buenos y me hacían sentir mas humana… Sin mucha prisa comencé a buscar el vestido perfecto para ir a mi cita con aquel chico… La cual terminaría siendo una cita con el destino

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