domingo, 26 de abril de 2009

Alice Parte 3

Mis visiones con mi ángel de cabellera dorada, se han intensificado, pero me asusta que en muchas de ellas el se encuentra bebiendo sangre, ¿Sera posible que eso se haga real? Sea lo que sea, me quedare callada ya que no quiero que me sigan llevando a esas terapias de electrochoques, que aunque ya no son tan seguidas me siguen doliendo hasta la muerte.

-Hola Alice, soy tu nuevo doctor Jack McNeeley

Desde hace mucho tiempo decidí dejar de tratar con ellos, mientras menos hablara con esa escoria mucho mejor para mi, no quería ser parte de esto.

-Alice no seas tímida, estas a salvo conmigo, te prometo que ya no habrán mas terapias de electrochoques- Me dedico una sonrisa, el doctor era igual de hermoso que mi ángel, pero no había punto de comparación entre los dos- Es mas te prometo que te sacare a dar un paseo por los jardines- ¿Un paseo por los jardines? ¿A caso cree que soy su mascota? Le di una mirada de profundo rencor- Entiendo que no confíes en mi, pero te prometo que tus condiciones aquí van a cambiar. Llevas aquí dos años y un mes, durante ese lapso de tiempo no a pasado nada anormal con tu caso, en mi opinión pienso que nunca debiste estar aquí, e estudiado tu caso y no encuentro nada extraño.- Siguió parloteando un montón de cosas, las cuales ignore por que las había descubierto hace años, aunque me dejo fuera de lugar su aclaración sobre el tiempo que llevaba aquí- Bien, creo que lo mejor es que me retire, vendré mas tarde a traerte la comida

El fue la persona mas amable que había conocido en este lugar, al principio estaba reacia a confiar en el, pero con los días se fue ganando mi confianza, tanto así que me permití cruzar algunas palabras con el. Unas semanas más tarde vino con una silla de ruedas y me saco al jardín. Lo cual me conmovió ya que había olvidado lo hermosa que era la naturaleza, lo bien que olían las plantas y lo bien que se sentía la brisa en el rostro. Fue la primera vez que estuve feliz en mucho tiempo.

El doctor McNeeley y yo nos volvimos muy buenos amigos, una vez cada dos semanas me sacaba al jardín, me llevaba golosinas o se quedaba hablando conmigo toda la tarde; pero algo le preocupaba últimamente, no me atreví a preguntarle ya que nuestro grado de confianza no llegaba a ese nivel, aunque llevábamos dos meses siendo algo así como amigos.

Trato de alejarse de mí con el argumento de estar poniéndome en peligro, no sabia de que rayos me hablaba hasta que vino a mí una noche

-Tengo que sacarte de aquí, uno de mis enemigos se ha enterado que te tengo mucho cariño y quiere venir a cobrarse una vieja deuda

-¿Qué?- No sabía a que se refería, pero no se detuvo a escuchar mis replicas, así que me tomo en sus brazos y salimos rápidamente, ¿rápidamente? debería ser una broma a comparación de la velocidad con la que corría el.

-Alice lo siento pero tengo que hacerlo

-¿Hacer que? – Su mirada estaba llena de tristeza y de disculpas, se acerco a mi cuello lentamente, por un instante pensé que me iba a violar o algo parecido, lo cual me desespero mucho- No te voy a hacer daño, solo quiero que sepas que fue por tu bien- Esta ves sin detenerse un segundo mordió mi cuello.

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